En relación con la atención selectiva, cambios en el estado psicofisiológico del conductor por ejemplo, conducir bajo los efectos del alcohol o drogas-:
No suele representar ningún peligro para la seguridad vial, porque la atención es un mecanismo que no se ve afectado por este tipo de perturbaciones.
Puede, por ejemplo, hacer que te distraigas más fácilmente al volante.
Sólo suponen un problema en condiciones especialmente desfavorables, como al conducir de noche o con niebla.