Los límites generalmente están justificados porque el exceso de velocidad promueve el error humano y aumenta el número y la gravedad de los accidentes.
Los límites son completamente arbitrarios, porque en las carreteras actuales es posible circular con seguridad a velocidades mucho más altas.
Los límites son exagerados, porque las mejoras técnicas de los vehículos son tales que las altas velocidades ya no suponen un peligro.